rebosaban los cadáveres, el hilo mortal que me unía era tan grueso
que nunca ví la muerte tan cerca ni ella me vio tan nítido
nos teníamos el uno al otro agarrados de la cuerda
sentía su presencia, dentro de mí, crecía su mal
fuera de mí, mis acciones hicieron sentir, manifestóse el bien.
vacuidad que roba el aliento
asepsia que enferma la mente
perdición el camino más corto
muerte, el silencio interior,
apaguen motores y radios,
despierte, luz posterior,
aún vivos...